Así nos encontramos este jardín cuando llegamos:
Los propietarios querían un jardín de muy bajo mantenimiento, y éste es el resultado:
Hicimos un camino de piedra para los pasos, entrada, escalera y terreno del fondo, y para delimitar las zonas de plantación.
Dejamos un espacio para un pequeño huerto, como ellos querían, y otros dos para plantar arbustos resistentes y rústicos, pero también decorativos. Mezclamos perennes, caducos, de distintas formas, colores de hojas y época de floración, para prolongar el interés en el jardín a lo largo del año.
Aprovechamos una antigüa cuba de vino, usada muchos años atrás por la familia, como jardinera en éste hueco.
También tenían una vieja pila de piedra, que ahora lucirá más en la entrada, con plantas vivaces (campánulas y sedum) que aguantarán tanto el invierno como el verano. Para acabar luciendo las reliquias familiares, sujetamos la parra a una pérgola, para colocar un banco a la sombra del emparrado.
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