11 ene 2012

Diferentes necesidades de jardín


Para todas las culturas, los jardines suelen ser aquello que contrasta vitalmente con la dura realidad diaria y por ello se acerca al arquetipo del paraíso, concepto que según muchos autores es sinónimo de jardín. Para un habitante del Sahara, el paraíso es el oasis, un lugar verde, fresco y húmedo, con sombra, acequias y fuentes, algo que contrasta con el sol abrasador, la sequedad ambiental, lo pardo y la falta de agua del desierto.

Para el nórdico, rodeado de bosques perennifolios y de lagunas heladas, un claro entre la vegetación es el espacio paradisíaco. Igual que para el amazónico en su peculiar infierno verde.

Para el mediterráneo, el pastor o el campesino que pelea desde niño con el monte, su paraíso particular es un viñedo o un olivar, cultivados en líneas perfectas, sin una sola hierba, con una estructura que facilite las labores y que contrasta con el entorno por su orden, pulcritud y simetría. O tal vez una dehesa con las encinas bien podadas para dar el máximo de fruto y con una estructura abierta, legible, que exprese amplitud y no agobio.


Por el contrario, para el ilustrado ciudadano ahíto de simetría y linealidad, el lugar idóneo en su fantasía es un monte espeso, donde tenga que apartar las ramas, gatear para penetrar en sus verdes secretos, que le aparte de la monotonía aún al precio de irse al extremo contrario del labrador. Su necesidad es por tanto muy distinta a la del campesino tradicional.

Distintas experiencias vitales y, por lo tanto, distintas necesidades particulares, con valores muchas veces incompatibles.


El paraíso perdido y el jardín, del Manual de Jardinería Ecológica (Ecologistas en acción).

1 comentario:

  1. Me gustó mucho esto de que los jardines son aquello que contrasta con la realidad, es un concepto muy claro.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...